Un nuevo informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) advierte que las enfermedades de los animales están avanzando sobre nuevas regiones, y muestra que casi el 50 % representa una amenaza para los humanos. Según afirman, el cambio climático y la degradación ambiental aceleran este fenómeno.

Explican que la primera consecuencia directa es económica, y que más del 20 % de las pérdidas globales en producción de alimentos se deben a las enfermedades de los animales. 

El impacto de las enfermedades transmitidas por animales

“En Argentina, según la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove), estas patologías generan pérdidas anuales equivalentes a alrededor de $60.000 millones de pesos, afectando la producción de proteínas de calidad y el acceso de la población a alimentos seguros”, según afirma el medio La Gaceta

La segunda consecuencia directa impacta sobre la salud. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud afirma que el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas tienen origen animal, y el 75 % de las enfermedades emergentes son zoonosis, es decir, transmitidas de animales a personas.

Al respecto, Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz, sostiene que “la rabia persiste en murciélagos y requiere mantener la vacunación en mascotas; el riesgo de contraer leptospirosis, que se transmite a través de la orina de ratas o perros infectados, es alto en las grandes ciudades, y la leishmaniasis visceral canina ya está presente en nueve provincias y puede ser mortal para humanos”.

Se expanden las enfermedades transmitidas a través de animales.
Se expanden las enfermedades transmitidas a través de animales.

Las soluciones a la problemática

Para hacer frente a esta situación, los especialistas destacan como puntos clave la vigilancia, la vacunación y el cuidado ambiental, pero también el uso responsable de antimicrobianos en humanos y animales, ya que su uso indiscriminado favorece el desarrollo y la diseminación de resistencia a los antibióticos, lo que implica una desprotección de la salud. 

La Organización Panamericana de la Salud señala que la urbanización no planificada, la invasión de zonas selváticas, factores socioeconómicos y el uso indiscriminado de la tierra y el agua influyen en la dinámica de las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, “más del 52 % de las especies de mosquitos que transmiten virus humanos aumentan en áreas deforestadas, lo que potencia enfermedades como dengue, malaria y zika”.