Cada 23 de julio se conmemora el Día Mundial de las Ballenas y los Delfines, una fecha destinada a generar conciencia sobre la importancia de estos animales en el equilibrio de los ecosistemas marinos. La misma fue impulsada por la Comisión Ballenera Internacional en 1986.
Las características de estos mamíferos
Se trata de especies pertenecientes a la orden Cetacea que no sólo se destacan por su tamaño e inteligencia, sino por el rol que cumplen en los océanos de todo el globo. Sin ir más lejos, las ballenas son consideradas “ingenieras marinas”, ya que son capaces de impulsar los ciclos que sostienen a la cadena trófica.
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La alimentación de estos individuos -mediante fitoplancton, peces pequeños y crustáceos– es rica en hierro. Un mineral que es liberado a través de sus heces y que estimula el crecimiento del propio organismo vegetal, que además es la base de la cadena alimentaria marina. En ese sentido, estimulan indirectamente la disponibilidad de su propia comida.
En cuanto a los delfines, cada vez se estudian más sus capacidades cognitivas. Son una de las pocas especies del mundo que poseen sueño unihemisférico; es decir, que pueden dormir con la mitad de su cerebro, mientras que la otra parte se mantiene activa. Algo así como “dormir con un ojo abierto”. Esto les permite vigilar a su grupo y detectar depredadores al tiempo que descansan.

Por otro lado, se han observado a ejemplares utilizando esponjas de mar sobre sus hocicos para protegerse de rocas afiladas mientras buscan peces en el fondo. Este comportamiento confirmaría que comprenden cómo darle un uso instrumental a su entorno.
Los peligros a su supervivencia
Más allá de las curiosidades que podamos contarte, estas especies se enfrentan a múltiples amenazas, como la pesca incidental, la contaminación, el cambio climático, el ruido submarino y las colisiones con embarcaciones. En ese sentido, esta fecha es una oportunidad para valorar no sólo su rol ecosistémico, sino su individualidad, reconociéndolos como seres sintientes.
Existen múltiples organizaciones que velan por la seguridad de las ballenas y los delfines en todo el mundo; sin embargo, los trabajos muchas veces se vuelven insuficientes por la falta de concientización y compromiso entre la sociedad civil. Esta realidad nos invita a replantear los esfuerzos de conservación y a crear nuevos acuerdos clave para su supervivencia.