Venerado por los pueblos originarios que consideran tener un lazo con él, hablamos del mayor felino de todo el continente americano.
En la actualidad, el avance de la civilización arrastró al yaguareté y le quitó más del 95% de su área de distribución en Argentina, donde se estima que solo quedan unos 250 individuos.
Para contrarrestar esta realidad y evitar su completa desaparición, distintas organizaciones nacionales y fundaciones con origen extranjero, desarrollan en el país campañas de concientización para proteger a los que quedan y desde hace diez años se inició un proyecto que busca recuperarlo por medio de nacimientos y penando su cacería, en Misiones es considerado Monumento Natural desde 2001.
Además, el 1 de marzo de 2018, la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP14) dispuso que cada 29 de noviembre se celebre el Día Internacional del Jaguar.
Haberle otorgado un día a la especie tiene como finalidad que “la gente reconozca el rol fundamental que juega en el mantenimiento de los ecosistemas naturales”.
Entre las amenazas que los afectan, las mayores son la deforestación y la pérdida de hábitat, la cacería y el atropellamiento de yaguaretés y otros animales. Actualmente, su hábitat se redujo a las yungas, en Salta y Jujuy; Misiones; la región del Chaco (Chaco, Formosa y Santiago del Estero) y Corrientes, donde ya fue reintroducido.
Pese a las dramáticas cifras que dan cuenta de los serios peligros de extinción, aún hay esperanzas de revertir la situación.