El Acuerdo de París ha pasado por pruebas difíciles. Desde que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, el pacto global para frenar el calentamiento global perdió a uno de sus principales aliados, Estados Unidos. A pesar de que el 2016 fue el año más cálido de la historia, según la propia NASA.

Pablo Vieira, director de la Nationally Determined Contribution (NDC) Partnership asegura que América Latina sigue cumpliendo la agenda climática y agrega que «México y Costa Rica la lideran». Vieira asesora a países signatarios del Acuerdo de París, cuya principal meta es limitar la elevación de la temperatura a 1,5 ° C hasta el final de este siglo. Y para eso sólo hay una fórmula: reducir drásticamente los gases invernadero liberados en la atmósfera.

En Colombia, por su parte, tanto el Congreso como el Ejecutivo ratificaron el Acuerdo de París, pero aún se espera un fallo de la Corte Constitucional. El Gobierno de Juan Manuel Santos se comprometió a reducir en un 20 %, antes de 2030, las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, Brasil, el mayor contaminador de la región, parece no dirigirse hacia un futuro más limpio. América Latina emite cerca del 10% de las emisiones globales. Brasil y México ocupan el séptimo y noveno lugar con más de la mitad de las emisiones de la región.

El Congreso ha aprobado leyes que contribuyen al aumento de emisiones y además, existen normas que reducen las áreas de conservación, estimulan la ocupación ilegal de áreas en la Amazonia y flexibilizan el licenciamiento ambiental. El nivel de deforestación en Brasil es de un 70%,  muy por encima de la meta de 2020.

México, por su parte, trabajó años en la implementación de una política nacional para impulsar la economía de bajo carbono, la más avanzada en América Latina.

México cobra impuestos a aquellos que contaminan más, y tiene todo para convertirse en un ejemplo mundial de buenas prácticas. Ya antes de firmar el Acuerdo de París, los mexicanos sabían que disminuir sus emisiones costaría unos 1.300 millones de dólares.

América Latina tiene muchos recursos codiciados: el 25% de las tierras fértiles del planeta, el 22% del bosque mundial, el 31% del agua potable, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Al mismo tiempo, es una región extremadamente vulnerable a los cambios climáticos. Según el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), los impactos de la elevación de la temperatura amenazan los corales, los glaciares, la erosión costera con elevación del nivel del mar, eventos extremos y el debilitamiento del Bosque Amazónico.

Investigadores destacan el progreso realizado en Chile y afirman que es el país de América Latina con el mayor uso de energía solar. En Uruguay, por su parte, crece el uso de energía eólica.

Argentina, por su lado, aún revisa sus políticas medioambientales. Los argentinos son responsables de cerca del 10% de las emisiones efecto invernadero en América Latina. La polución en Argentina es incluso más intensa que en México.

Fuente: DW