Se trata de una nueva especie de pez killi que fue bautizada Argolebias adrianae. El descubrimiento se dio en un charco temporal próximo a las cataratas. El mismo se formó por las lluvias. 

Este tipo de animales suelen encontrarse en América y África de donde son autóctonos. Se caracterizan por presentar adaptaciones que facilitan su supervivencia en lugares acuáticos efímeros, como el cuerpo de agua mencionado. Hablamos de entornos estacionales que se secan durante gran parte del año.

Si bien este tipo de pez perece con la falta de agua, sus huevos no. Estos logran resistir al desecamiento, enterrados hasta la aparición de un espacio más apto. 

Un pez muy particular

Hasta hace poco, en nuestra región sólo se conocían tres especies del género, pero ahora son cuatro. Para dar con el nuevo ejemplar, se debieron realizar múltiples expediciones científicas en la Cuenca del Bajo Río Iguazú. 

Cuando observaron por primera vez a los especímenes, estos se encontraban nadando en un charco de poco más de 20 metros cuadrados, con una profundidad de 45 centímetros. El sector estaba rodeado de piedras basálticas y árboles.

Valoración

Los peces killi tienen fascinados a los científicos desde hace años, esto se debe a sus ciclos de vida acelerados que permiten utilizarlos como modelos para el estudio del envejecimiento y la adaptación de los seres vivos.

Sin embargo, se trata de un pez extremadamente vulnerable y con grandes probabilidades de extinguirse debido a sus rangos geográficos limitados. Esto pone en relieve la necesidad de proteger las áreas naturales.