El fenómeno alcanzó este miércoles la categoría cuatro, en una escala de cinco, en su camino hacia Estados Unidos donde los pronósticos auguran vientos «devastadores», después de que su paso por Cuba dejara dos muertos y millones de personas sin electricidad.
A primera hora de este miércoles se emitió una orden de evacuación para una docena de condados de la costa de Florida, con una recomendación de evacuación voluntaria para varias otras localidades. Según los servicios de emergencia, casi de forma simultánea, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Ian se había fortalecido.
Según los datos más recientes del avión Hurricane Hunter, de la fuerza aérea estadounidense, los vientos máximos sostenidos aumentaron hasta alcanzar los 220 kilómetros por hora. Está pronosticado que la tormenta avance por Florida, para volver al mar por la costa oeste el jueves.
Se prevé «una marejada ciclónica que suponga un peligro para la vida en la costa occidental de Florida y en los Cayos bajos de Florida», con vientos «devastadores» en el centro del huracán. También se esperan inundaciones catastróficas en varias zonas del centro del estado.
El Pentágono movilizó a 3.200 guardias nacionales y hay otros 1.800 efectivos en camino. Por otra parte, las autoridades de varios municipios distribuirán bolsas de arena para ayudar a los habitantes a proteger sus viviendas.