Un equipo internacional de investigadores combinó imágenes de satélite y registros climáticos y oceánicos para obtener el conocimiento más detallado hasta ahora de cómo está respondiendo al cambio climático la capa de hielo de la región, la cual contiene hielo suficiente para elevar el nivel global del mar en 3,3 metros.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge, de Edimburgo y de Washington descubrieron que el ritmo y el alcance de la desestabilización del hielo a lo largo de la costa de la Antártida Occidental varía en función de las diferencias climáticas regionales.
Sus resultados, publicados en la revista Nature Communications, muestran que, si bien la capa de hielo sigue retrocediendo, el ritmo de retroceso se ralentizó en una región vulnerable de la costa entre 2003 y 2015. Esto se debió a cambios en la temperatura del océano circundante, causados a su vez por variaciones en las condiciones del viento en alta mar.
Utilizando observaciones recogidas por un conjunto de satélites, el Dr. Frazer Christie y sus colegas encontraron pronunciadas variaciones regionales en la forma en que la capa de hielo evolucionó desde 2003 debido al cambio climático, con el ritmo de retroceso ralentizado en el sector del Mar de Amundsen en comparación con el vecino y mucho más acelerado sector del Mar de Bellingshausen.
Según Christie, autor principal del artículo, «se ha difundido ampliamente la idea de que, una vez que una capa de hielo marina sobrepasa un determinado punto de inflexión, se producirá una respuesta desbocada». Pero aclara que, «A pesar de ello, sigue habiendo dudas sobre hasta qué punto los cambios climáticos en curso siguen regulando las pérdidas de hielo a lo largo de toda la costa de la Antártida Occidental».