El dióxido de caebono es el gas de efecto invernadero que suele expulsarse con más frecuencia a la atmósfera como consecuencia de distintas actividades humanas.

Sin embargo, hay otros gases que aunque se emiten en cantidades más pequeñas tienen un efecto aún más nocivoporque absorben con más facilidad la radiación térmica que emite la superficie planetaria. Esa radiación es luego devuelta a la superficie y a la atmósfera, lo que provoca un incremento de la temperatura, explica el Parlamento Europeo.
Aunque muchos de los gases de efecto invernadero se producen naturalmente en la atmósfera, según el quinto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), es muy probable que las actividades humanas de los últimos 50 años hayan contribuido al calentamiento global.

Estas actividades incluyen, por ejemplo, la quema de carbón, petróleo y gas, la deforestación y la agricultura, prosigue el PE.
La energía es responsable del 78% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que el transporte de un tercio. Las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura contribuyen con un 10,1%, los procesos industriales y el uso de productos con un 8,7% y la gestión de residuos con un 3,7%.
Aunque en este caso dan igual las fronteras. Según explica el Pqrlamento Europeo, los gases de efecto invernadero permanecen en la atmósfera por períodos que van desde algunos años hasta miles de años. Tienen además un impacto mundial, sin importar dónde fueron emitidos por primera vez.

Fuente:Energynews