Por segunda vez en un mes, este fin de semana las autoridades han declarado el estado de emergencia en Berlín. Las fuertes lluvias habían anegado las calles, en algunos sitios con hasta un metro de agua. Según trascendió el departamento de bomberos de la capital tuvo que hacer en hora y media 185 intervenciones.
A esta situación deberán acostumbrarse los alemanes, según los científicos. El efecto invernadero no se limita a derretir icebergs y aumentar el nivel del mar, también tiene cada vez un mayor impacto en Europa Central.
Investigadoress y meteorólogos del clima en el Centro Helmholtz de Oceonografía GEOMAR, sostuvieron que en Alemania las temperaturas medias han aumentado en torno a 1,4 grados desde 1880, lo que no deja de tener consecuencias. Con cada grado que aumenta la posible intensidad de las lluvias también lo hace en un siete por ciento. Las estaciones meteorológicas midieron durante mucho tiempo sólo la lluvia durante bastantes días y semanas. Pero el problema ahora es la cantidad de lluvias cortas e intensas.
El meteorólogo Peter Hoffmann, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), coincide con los investigadores. Hoffmann dice: «El Ártico se está calentando por el cambio climático más que otras regiones, lo que cambia la proporción de altas y bajas presiones, variando las corrientes en Europa». Además, señala otras consecuencias: tanta lluvia en el norte contribuye también a la sequía en el sur de Europa.
Lluvia en el norte, sequía en el sur
Las autoridades de Roma han dado la voz de alarma a causa de la extrema escasez de agua. La capital italiana se ve afectada por las altas temperaturas y la sequía. Los responsables aún están considerando posibles cortes del suministro de agua después de que el lago Braccianer, una de sus principales reservas de agua potable, haya bajado 160 centímetros sobre el nivel normal.
Ambos investigadores destacan que incluso con una política climática adecuada Europa tendrá que lidiar con estos escenarios y expresaron que si bien el clima es a veces un sistema caótico, habrá que adaptarse a estos repentinos cambios entre grandes sequías y lluvias torrenciales.
Fuente: DW