Varias especies de hongos son capaces de infectar a ciertas especies de hormigas y de manipular su comportamiento. Estos hongos «zombificadores» obligan a los insectos a ascender y a fijarse en posiciones elevadas. Allí, las hormigas mueren, y de su cuerpo emerge un hongo destinado a dispersar sus esporas y continuar con el ciclo.
David Jius, primer autor del estudio, explica que en zonas tropicales las hormigas zombi muerden las hojas pero que en las zonas templadas muerden ramas. Sin embargo, afirma que en un principio no era así. Hizo falta que el clima se enfriara para que los hongos «zombificadores» de zonas templadas cambiaran su comportamiento.
Esto podría deberse a que esas hojas, por el frío, se caerían dificultando la dispersión de esporas. En cambio las ramitas generalmente quedarían enganchadas a los árboles.
Este comportamiento habría comenzado a cambiar hace 20 o 40 millones de años en zonas templadas.
Fuente: Hemisferios/ABC