Según un nuevo estudio realizado por la Universidad de Pennsylvania, temperaturas del aire no consideradas como excesivamente calurosas, de cerca de 34 °C por ejemplo, pueden conducir a un aumento constante de la frecuencia cardíaca en condiciones de humedad.

Según el trabajo, estos hallazgos se encuentran entre una serie de resultados recientes sobre las dificultades del corazón cuando se expone al calor. Los científicos dicen que esta investigación se está volviendo cada vez más relevante a medida que los eventos de calor extremo se vuelven más frecuentes, producto del calentamiento global.

Para determinar el umbral de riesgo cardíaco, los expertos hicieron que 51 participantes jóvenes y sanos realizaran una actividad física ligera dentro de una cámara ambiental, donde la temperatura o la humedad aumentaban cada 5 minutos. Los investigadores monitorearon la temperatura central de cada individuo, la de sus órganos internos, utilizando sensores dentro de cápsulas que los participantes habían tragado. El equipo también midió la frecuencia cardíaca de los participantes.

Según explicaron, a medida que la cámara se calentaba, la frecuencia cardíaca de los participantes también lo hacía y luego se estabilizaba. Pero, a medida que la cámara continuaba calentándose, la frecuencia cardíaca de los voluntarios comenzó a incrementarse nuevamente y seguía haciéndolo cuando terminó el experimento, lo que indica tensión cardiovascular.

En condiciones húmedas, los participantes que caminaban lentamente experimentaron tensión cardiovascular cuando la temperatura rondaba los 34 °C. Cuando el aire estaba seco, ese umbral rondaba los 41 °C. La tensión cardiovascular siempre comenzó unos 20 minutos antes de que la temperatura central de los participantes comenzara a aumentar.

Para los adultos jóvenes sanos, ese esfuerzo adicional podría ser inofensivo; pero para las personas mayores o aquellas con problemas cardíacos existentes, la exposición al calor extremo podría ser letal. Según un metaanálisis de 2022, un aumento de la temperatura de solo 1 °C se asocia con un aumento del 2,1 % en el riesgo de muerte relacionado con enfermedades cardiovasculares.