La iniciativa «Too Good To Go” (demasiado bueno para llevar, en inglés) ofrece salida a alimentos que antes no se podrían haber vendido. Una aplicación móvil avisa sobre ofertas en diferentes establecimientos, como restaurantes y panaderías, poco antes del cierre. Los interesados pueden hacer un pedido y pasar a recoger la comida a precios reducidos. Evitar el desperdicio también tiene mucho que ver con conocer nuestro propio frigorífico. 

 

Dinamarca, con sus 5,7 millones de habitantes, ha creado más iniciativas contra el desperdicio de alimentos que cualquier otro país europeo. Esto se debe en gran parte a la ONG Stop Spild Af Mad (Freno al desperdicio de alimentos, en danés), que ha contribuido a un hito importante: Dinamarca ha conseguido reducir en un 25 por ciento el desperdicio de alimentos desde 2010. Su fundadora se ha convertido en una especie de icono nacional. Pertenece al «Who’s Who» de Dinamarca y fue nombrada danesa del año 2014.

 

El desperdicio de alimentos es un peligro para el ambiente. La agricultura produce casi la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, emplea más de un tercio de la tierra cultivable y consume el 70 por ciento del agua potable del mundo.

 

Con una población mundial que se espera que alcance más de nueve mil millones de personas en 2050, sigue siendo una cuestión pendiente cómo alimentar a todas estas bocas. La lucha contra el desperdicio de comida podrá ayudar a evitar posibles efectos devastadores para el clima, el agua y los recursos de la tierra, derivados de un aumento masivo de la producción agrícola.

 

Fuente, DW