La Organización Mundial de Protección Animal dictaminó en un congreso en la cuidad de Viena, en el año 1929, que este es un día para festejar a los animales y poner el foco en las especies que corren peligro de extinción.
La fecha fue elegida en conmemoración de San Francisco de Asís, quien es considerado como protector de los animales ya que él creía que todas las criaturas del mundo provenían de Dios. Es por ello que en 1980, el Papa Juan Pablo II declaró a este diácono patrono de los animales.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en el mundo unas 5200 especies de animales se hallan en peligro de extinción. Los motivos por los cuales se encuentran en esa situación crítica es a causa del cambio climático, la destrucción de sus hábitats por acciones humanas, y la pesca y la caza ilegal.
Es necesario recordar que la existencia de los animales es una parte muy importante para la vida del ser humano y para la conservación de diversos ecosistemas. Hasta el animal más minúsculo del planeta cumple una función vital en su entorno, de forma que un cambio en sus hábitos alimenticios, es decir, en las cadenas tróficas, puede comprometer la supervivencia de todo lo que le rodea.