Este grupo de aves es de los más carismáticos y amenazados a nivel mundial: alrededor del 30 % de las especies se encuentran amenazadas, y una de las causas es la captura de individuos salvajes para la comercialización como animales de compañía.
El peligro en el que se encuentran los loros
Un estudio publicado recientemente en la revista Biological Conservation pone el foco en un aspecto poco estudiado de esta problemática: la captura para satisfacer la demanda local. Es decir, dentro del propio país de origen del animal.
Tal como explica el medio Conversation, “la mayoría de las investigaciones sobre la captura ilegal de loros para su tenencia como mascotas se han centrado en el comercio internacional y los mercados de fauna en los países de origen. Sin embargo, estos estudios estaban subestimando el problema”.
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Esto se debe a que la mayor parte de las recopilaciones de datos se hace basándose en las incautaciones en aeropuertos, rutas principales y grandes ciudades, por lo que el comercio que no pasa por estos puntos queda invisibilizado.
Para acercarse a la cifra de cuántos animales se capturaban en las comunidades rurales y cuántos llegaban a las ciudades, el grupo investigador realizó encuestas en ambos puntos en Bolivia. La conclusión fue que “entre 300.000 y 500.000 loros son capturados ilegalmente cada año en ese país. De estos, alrededor del 12% se vende en mercados urbanos. El 88 % restante permanece como animales de compañía en zonas rurales”.

El estado en el que se encuentran
Por otro lado, explican que la alta mortalidad es lo que sostiene la demanda. Como “las condiciones en las que se mantienen estas mascotas en Bolivia son muy precarias”, esto “provoca que especies que presentan una vida larga en buenas condiciones, con una esperanza de vida de varias décadas, a menudo mueran antes de cumplir los dos años”. Las causas que mencionan como las responsables son la depredación por parte de animales domésticos, la malnutrición y las enfermedades.
Para combatir el problema, los investigadores sostienen que deben combinarse campañas de concientización “dirigidas a la población local con un fortalecimiento de los sistemas de control, destinados a frenar la captura y el comercio ilegal”.