El Boletín de Calidad del Aire y Clima 2025, el nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial, destaca “la compleja y dual relación” entre ambos factores. El documento revela que las políticas de control de emisiones en China oriental se correlacionan con una mejora en la calidad del aire, con un descenso del material particulado fino (PM 2.5).
La calidad del aire y el clima
Sin embargo, el progreso contrasta con el panorama en otras regiones, donde el deterioro de la calidad del aire se hizo presente por los incendios forestales. En esos casos -como la cuenca del Amazonas, el norte de Canadá y Siberia-, la OMS detecta niveles por encima del promedio de estas micropartículas.
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El gran problema de esta situación es que el humo y la contaminación resultantes pueden viajar grandes distancias, “degradando la calidad del aire en ciudades lejanas”, tal como explica la ONU.
A modo de ejemplo, el Boletín documenta “cómo los incendios en la Amazonía durante agosto de 2024 provocaron aumentos bruscos en los niveles de PM 2.5 en (…) Santiago de Chile, Viña del Mar, Quito y San Pablo”.

En cuanto al caso de Europa, cita la temporada de incendios en la Península Ibérica, que ya afectó aproximadamente el 1 % del territorio y aumentó la contaminación del aire en Europa Occidental.
Partes de un todo
Por estos motivos, la OMS indica que la calidad del aire y el cambio climático “son dos caras de la misma moneda”, por lo que deben abordarse de manera interconectada debido a sus fuentes comunes de emisión. El ente hace un llamamiento a los gobiernos para que refuercen sus estructuras y controles, ya que “la contaminación atmosférica está teniendo un impacto cada vez mayor en la salud humana, convirtiéndose en el segundo factor de riesgo de muerte a nivel mundial, según la quinta edición del informe Estado del aire global”.