En 1990, en la provincia de Hubei, descubrieron restos óseos difíciles de interpretar por su estado de aplastamiento. Gracias a los avances tecnológicos, como las técnicas de escaneo y la reconstrucción digital, investigadores pudieron restituir su aspecto original y brindar nuevos datos que podrían cambiar lo que se conocía hasta ahora.
Un nuevo hallazgo en China
Se trata de un cráneo con una antigüedad de entre 940 mil y más de un millón de años apodado como “Yunxian 2”. El mismo pertenecería a un hombre de entre 30 y 40 años con una frente hundida, pómulos marcados, nariz grande y un volumen cerebral demasiado amplio para la época.
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Sobre esto último, destacan que combina rasgos primitivos con otros más modernos, por lo que no puede ser clasificado como neandertal ni como Homo erectus. De acuerdo con este análisis, la rama a la que pertenecía el ejemplar se habría separado de la que dio origen a los sapiens hace más de un millón de años.

El origen de la especie humana
De ser así, esto adelanta unos 350.000 años la cronología propuesta por algunos estudios genéticos; un hallazgo especialmente relevante para entender el período evolutivo conocido como “confusión del medio”, donde existen fósiles difíciles de clasificar. Sin embargo, algunos científicos piden tomar estos datos con cautela, ya que todavía falta contar con pruebas genéticas directas.
Si bien el cráneo Yunxian 2 no resuelve todas las incógnitas, amplía los límites de lo que se sabía. Obliga a repensar cómo, cuándo y dónde evolucionaron las distintas ramas del género Homo, y refuerza la idea de que la historia de nuestra especie es más antigua y ramificada de lo que se creía hasta ahora.