Si bien muchos efectos del tabaco en el organismo son conocidos, la ciencia suele descubrir información valiosa gracias a los avances tecnológicos. En este caso, se remonta al siglo XII. 

Científicos de la Universidad de Leicester descubrieron que fumar deja un registro metabólico en la capa externa de los huesos, conocida como hueso cortical, que es rastreable a lo largo de los siglos.

El impacto del tabaco en el organismo

En concreto, explicaron que su descubrimiento muestra que existen “diferencias significativas en las características moleculares contenidas en los huesos de los consumidores y no consumidores de tabaco en el pasado”, lo que demuestra el impacto “en la estructura de nuestro esqueleto”. 

En ese sentido, explican que su “investigación en curso tiene como objetivo determinar cómo surgen estas diferencias, ya que pueden tener importancia para comprender por qué el consumo de tabaco es un factor de riesgo para algunos trastornos musculoesqueléticos y dentales”.

Nuestra investigación muestra que existen diferencias significativas en las características moleculares contenidas en los huesos de los consumidores y no consumidores de tabaco en el pasado.
La investigación muestra que existen diferencias significativas en la composición moleculares contenidas en los huesos de los consumidores y no consumidores de tabaco en el pasado.

La metodología del estudio

Para este estudio se analizaron los restos óseos de 323 personas, de las cuales 177 vivieron entre los siglos XVIII y XIX (cuando ya se había introducido el tabaco en Europa), y 146 habitaron la región antes de su introducción, entre los siglos XII y XVI. 

Con este descubrimiento se confirmó que fumar deja marcas más allá de la muerte, y da una prueba más de su impacto en la salud del esqueleto, ya que el hueso cortical es el encargado de su fortaleza.