Con motivo del Día Mundial de las Ballenas y los Delfines, celebrado este martes, un grupo de expertos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) brindó nuevos detalles sobre la alimentación de la ballena franca austral en la Península Valdés.

La investigación que logró dar con estos hallazgos estuvo a cargo del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos, que se propuso realizar trabajos de campo con la ayuda de capitanes y guías de avistaje.

Analizando a las ballenas

Con la colaboración de National Geographic lograron demostrar, tras 10 años de análisis, que estos mamíferos se alimentan mediante el buceo de presas de alta calidad. Si bien antes se hablaba de “filtración superficial y subsuperficial (a menos de 10 metros de profundidad) de zooplancton”, ahora se han registrado otros métodos. Pero, ¿qué es lo que notaron?

Según explican, durante los muestreos se pudo observar que los individuos juveniles y las hembras pueden realizar inmersiones profundas y prolongadas de hasta 24 minutos, para luego emerger con la cabeza cubierta de lodo. Este comportamiento sugiere que podrían estar comiendo muy cerca del fondo de forma similar al ejemplar homónimo del norte.

Una costumbre no tan extraña

Siendo que las crías suelen seguir los movimientos de sus madres, esto explicaría porqué sólo esta porción de la población tiene este hábito.

Para este estudio los científicos colocaron, hace aproximadamente dos años, ocho cámaras de video en el lomo de individuos mediante ventosas. Muchos de estos aparatos se perdieron en el mar, pero los que sobrevivieron pudieron documentar este descubrimiento sobre las ballenas.