Las universidades de Leicester y de Southampton revelaron en un nuevo estudio por qué la Antártida experimentó períodos de derretimiento abruptos en sus glaciaciones hace más de 20 millones de años. Al respecto, sostienen que este fenómeno se vincula a la posición de la Tierra

La influencia del sistema solar

Detallan que los movimientos orbitales de nuestro planeta frente al Sol son determinantes en el clima y en la modelación de su superficie. Conocidos como “ciclos astronómicos”, éstos afectan la cantidad de radiación que llega a distintos puntos, lo que regula la formación y derretimiento de las capas de hielo. 

Resulta que el globo orbita alrededor del astro en un trayectoria elíptica, lo que significa que la distancia es variable, por lo que a veces estamos más cerca del centro del sistema y otras veces más lejos. Esta información es crucial para comprender las condiciones climáticas pasadas, presentes y futuras.

Para comprender el caso de la Antártida se analizaron antiguos registros obtenidos por el Programa Internacional de Perforación Oceánica, los mismos abarcan entre 28 y 20 millones de años atrás. Gracias a ello pudieron determinar que el volumen de hielo fue variando de forma regular, similar a “un latido de corazón”. 

Los distintos ritmos de la radiación

Sin embargo, los autores destacaron algunas anomalías que muestran ritmos inconsistentes en el crecimiento y retroceso de los cuerpos gélidos. Para explicar estos eventos los expertos compararon lo ocurrido con el cuerpo humano, y aseguraron que “Al igual que no es posible que nuestra pierna tenga un pulso diferente al de nuestro brazo, las huellas del crecimiento y decrecimiento de la capa de hielo deberían ser idénticas en todos los registros”. 

Respecto a las fluctuaciones que la Tierra evidenció, éstas causaron cambios abruptos en el hielo antártico, con derretimientos acelerados que podrían repetirse próximamente. En ese sentido, advierten que el calentamiento global puede empeorar esta situación que se da naturalmente.