Un nuevo estudio elaborado por profesionales de la Estación Biológica de Doñana, en España, y en base al análisis de datos arrojados entre 2016 y 2018, descubrió cómo es que las ranas arbóreas orientales (Hyla orientalis) lograron superar el impacto inicial del desastre nuclear de Chernóbil en 1986.
Ya se han realizado investigaciones en base a lobos y otras formas de vida vegetales, pero esta es la primera vez que arrojan luz sobre estos anfibios que también sobrevivieron gracias a cambios significativos en su piel.
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Una característica fundamental
Al respecto, señalan que estos animales sufrieron melanismo, por lo que su apariencia se tornó mucho más oscura. Creen que esta condición les sirvió de protección contra la radiación al absorber mejor los rayos UV y reducir el daño celular. Sin embargo, los últimos hallazgos aseguran que esta adaptación podría ya no ser necesaria.
El estudio sobre las ranas
Para llegar a estas conclusiones se analizaron más de 200 ejemplares macho de distintas edades y tamaños, y midieron sus niveles de radiación absorbida y otros indicadores de salud. Asimismo, se tomó en cuenta la ausencia de poblaciones humanas, lo que pudo tener un rol fundamental en la recuperación de la especie.
Los resultados fueron reveladores: las ranas de Chernóbil no mostraron diferencias significativas en esperanza de vida, tasas de envejecimiento ni niveles de estrés en comparación con sus contrapartes en áreas sin radiación. Ésto podría demostrar que la región está entrando en una nueva faceta en la que ya no representa un riesgo para la salud de su fauna.