Las costas de la provincia de Esmeraldas, Ecuador, se han convertido en el epicentro de una catástrofe ambiental debido al derrame de miles de barriles de petróleo que se ha filtrado en sus ríos y ha invadido sus playas.

Si bien se creía un incidente más de las tantas roturas del sistema de oleoducto transecuatoriano (SOTE), hoy es considerada una de las peores tragedias ambientales que golpea a miles de familias de al menos tres ciudades de esa localidad.

Los problemas del derrame de petróleo

Con la llegada de cada gota al agua, este problema se profundiza, ya que se echan a perder distintos ecosistemas frágiles y se pone en peligro la vida de las personas que dependen del mar y la tierra para sobrevivir.

A pesar de que este hecho comenzó hace poco más de una semana, el Gobierno aún no tiene claridad sobre la magnitud. En estos momentos, la cifra de barriles vertidos sigue siendo incierta. Si bien la ministra de Energía, Inés Manzano, habla de unos 3.800 barriles, el gerente de Petroecuador (empresa estatal responsable), Roberto Concha, prefiere esperar a que se estabilice la situación para calcular el monto exacto.

El origen de la tragedia

Aunque las autoridades continúan su investigación para saber el origen de esta crisis ambiental, el gerente aseguró que la rotura fue consecuencia de un deslizamiento de tierra causado por las fuertes lluvias que azotan a la provincia.

Sin embargo, la funcionaria señala que fue “algo provocado”, por lo que denuncia un presunto “sabotaje”.