Un grupo de investigadores decidió analizar uno de los primeros videos de los que se tiene constancia de un choque entre una embarcación y un tiburón. Su reciente publicación en la revista Frontiers in Marine Science intenta demostrar la susceptibilidad de la megafauna marina a la intervención humana.
El animal en cuestión corresponde a la especie “peregrino” y se trata de una hembra de siete metros de largo que fue interceptada en las costas de Irlanda en abril pasado. El acontecimiento fue provocado en un entorno seguro, tomando en cuenta que el ejemplar se encontraba dentro de los límites de un parque nacional, y aplicando directrices voluntarias de reducción de riesgos.
¿Qué actitud tomó el tiburón?
En el video se puede observar que el pez se estaba alimentando cerca de la superficie cuando fue chocado, lo que resultó en la huida del espécimen hacia las aguas más profundas. En ese momento los especialistas lanzaron un dispositivo de medición y una cámara para documentar los comportamientos siguientes.
Según pudieron notar, el animal no pudo recuperarse y mostró un marcado contraste con la actividad que estaba realizando antes del golpe; de hecho, siete horas después el tiburón no retomó con su comida.
Generando consciencia
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Tratándose de un tiburón que se alimenta por filtración en la superficie, como algunas ballenas, queda demostrada la incidencia que tienen las colisiones en su estilo de vida. Aunque no sean directamente letales, el estudio indica que pueden resultar en el fallecimiento del animal. En ese sentido, los expertos recuerdan que se trata de una especie en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Naturaleza.