Según precisa el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), a través de su informe anual, la deforestación en la Amazonía cayó un 30,6 % entre agosto de 2023 y julio de 2024, después de que en el período anterior lo hiciera otro 22,3 %. 

Estos números implican que la superficie afectada por tala en la región fue de tan sólo 6.288 kilómetros cuadrados, mientras que en la etapa anterior fue de 9.001 kilómetros cuadrados, lo que implica una fuerte reducción. Asimismo, estos datos representan el salvataje de 7.900 kilómetros cuadrados de selva. 

Impacto favorable

Se trata de la primera caída tras más de 10 años de aumentos sostenidos en la afectación de los ecosistemas, principalmente por causa del sector agropecuario, aunque también por actividades ilícitas como el narcotráfico. Con esta disminución, las autoridades calculan que en los últimos dos años las emisiones de efecto invernadero tuvieron una baja de 400 millones de toneladas de dióxido de carbono, en comparación con el anterior período. 

Por su parte, el Gobierno sostiene que las presiones ejercidas a través de normas ambientales más estrictas son las responsables de esta mejoría. En ese sentido, destacan que hubo un aumento del 98 % en las sanciones y embargos impuestos por el Estado a los infractores. 

¿Quién es responsable de la deforestación?

También señalan al actual presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, como principal responsable de que la aplicación de leyes ambientales se esté dando con éxito. Sostienen que el mandatario ha dado el ejemplo ampliando las áreas de conservación y devolviendo tierras a las comunidades indígenas. 

Cabe destacar que estas acciones contrastan con la laxa política ambiental del expresidente Jair Bolsonaro, quien se opuso a la creación de nuevas reservas, desfinanció los organismos ambientales y fue más permisivo con la deforestación. 

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, descreía del cambio climático e impulsaba la deforestación en búsqueda de mayor productividad.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, descreía del cambio climático e impulsaba la deforestación en búsqueda de mayor productividad.