Desde hace al menos medio siglo esta especie endémica de Argentina llegó al viejo continente y, desde entonces, se ha adaptado a la realidad de cada país, desde los lugares de anidamiento y tipo de alimentación, hasta algo tan específico como su forma de parlotear.
Los sonidos de la cotorras en Europa
¡Así es! Científicos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y Antropología Evolutiva hicieron un trabajo de comparación entre ocho ciudades europeas. Así descubrieron que estas aves “suenan” diferente según su geolocalización.
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Este estudio, publicado en Behavioral Ecology, asegura que las cotorras encuentran formas únicas de comunicarse dependiendo dónde se encuentran, lo que es sumamente representativo, dado que la región no tiene ninguna especie de loro nativa y ésta, en particular, es la que mejor se ha establecido.

Los cantos a lo largo del continente
Algunos de los lugares en los que realizaron el experimento se encuentran en España, Bélgica, Italia y Grecia. Sobre estos animales, aseguran que cuentan con un amplio repertorio vocal y flexibilidad para imitar y aprender sonidos a lo largo de su vida por lo que pueden desarrollar dialectos. Cabe destacar que no solo hallaron diferencias entre ciudades, sino también dentro de las mismas. Resulta que puede haber llamadas distintas entre dos parques de un mismo territorio. Los individuos que más se distinguieron fueron los de Bruselas, cuyo sonido es tan peculiar que es casi imperceptible para los humanos. Eso implica no sólo un cambio en la modulación, sino también en la frecuencia y el tono.
Sobre el porqué detrás de esto, creen que se trata de un proceso pasivo de aprendizaje; es decir un proceso no consciente y que surge por imitación y que se sostiene en el tiempo. Sin embargo, no descartan que también exista un proceso activo; es decir, que en el proceso de socialización otras cotorras le enseñan a sus compañeras cómo “habla” su grupo de pertenencia.