Las cosechas de maíz, soja y sorgo, fundamentales para la alimentación humana, se ven alteradas por el avance del cambio climático que altera la producción agrícola mundial, lo que genera un clima de incertidumbre en el mundo, según indica un reciente estudio global de la Universidad de Columbia Británica.
Las cosechas frente al cambio climático
La investigación advierte que la inestabilidad creciente a raíz del ascenso de las temperaturas y la sequía, supone un golpe negativo para el desarrollo de la producción agrícola, lo que puede desembocar en una mayor frecuencia de crisis alimentarias, junto con distintas variaciones de precio en el mercado.
El equipo de la Universidad de Columbia Británica, que colaboró con expertos de universidades de Estados Unidos y Reino Unido, se basó en el análisis de los datos de rendimientos globales junto con registros de temperatura y humedad del suelo recopilados de estaciones meteorológicas, satélites y modelos climáticos.
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El estudio advierte que por cada grado adicional de calentamiento global, la variabilidad anual de los rendimientos es capaz de aumentar en un 7 % en el maíz, 19 % en la soja y 10 % en el sorgo. Esta tendencia advierte a los agricultores y a las sociedades que ya no podrán confiar en promedios históricos, y que los mismos deberán prepararse para oscilaciones mucho más pronunciadas con el pasar de los años.

Los peligros de una mala producción
El Dr. Jonathan Proctor, profesor asistente en la Facultad de Sistemas de Tierra y Alimentos de la Universidad de Columbia Británica y autor principal del estudio, indicó que un solo año de malas cosechas puede causar dificultades reales, sobre todo si en esas regiones no se cuenta con acceso suficiente a seguros agrícolas o sistemas de almacenamiento.
El impacto de esta problemática no será parejo en todo el mundo, ya que el estudio señala a las regiones de África Subsahariana, América Central y Asia Meridional como las más vulnerables; esto se debe a su fuerte dependencia de la lluvia y a la carencia de protección financiera.