Se trata de una solución al cambio climático aparentemente en contra del sentido común –convertir un gas de efecto invernadero (metano) en otro (CO2)–, así se centra un nuevo estudio de la Universidad de Stanford.

 

El estudio, publicado en ‘Nature Sustainability’, describe un proceso potencial para convertir el extremadamente potente gas de efecto invernadero metano en dióxido de carbono, que es un motor mucho menos potente del calentamiento global. La idea de liberar intencionalmente dióxido de carbono a la atmósfera. Los autores argumentan que el intercambio de metano por dióxido de carbono es un beneficio neto significativo para el clima.

 

La idea básica es que algunas fuentes de emisiones de metano, como el cultivo de arroz o el ganado, por ejemplo, pueden ser muy difíciles o costosas de eliminar.

 

Fuente, EuropaPress