Un nuevo estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, concluyó que las experiencias psicóticas, la depresión y la ansiedad durante la adolescencia y la juventud, podrían estar relacionadas a la contaminación atmosférica y acústica y su exposición durante las primeras etapas de vida. 

Para dar con estos resultados, se convocó a un total de 9 mil participantes de la región suroeste de Inglaterra, cuyos datos fueron analizados desde la etapa embrionaria hasta los 24 años de edad.

¿Cómo impacta la contaminación?

La investigación sugiere que las partículas finas, conocidas como PM2,5, son las que más impactan en la salud mental de las personas, incluso en el período prenatal. Tanto así, que cada aumento de 0,72 microgramos por metro cúbico durante el embarazo se relaciona con un incremento de hasta el 11 % en las probabilidades de sufrir psicosis, y de un 10 % en las de sufrir depresión. 

Por su parte, la ansiedad está más relacionada a la contaminación acústica, sobre todo durante la infancia y adolescencia. Asimismo, podría tener incidencia en otras afectaciones cognitivas y fisiológicas, lo que podría alterar la endocrinología, la capacidad de concentración y el sueño. Estos factores suelen asociarse al estrés. 

La contaminación tiene impacto desde la primera etapa de desarrollo de los niños y se manifiesta principalmente en la adolescencia.
La contaminación tiene impacto desde la primera etapa de desarrollo de los niños y se manifiesta principalmente en la adolescencia.

Las consecuencias

De esta forma, los especialistas pudieron deducir que hay edades críticas para el desarrollo de trastornos psiquiátricos en relación con el ambiente. En ese sentido, detallan que, en todo el mundo, casi dos tercios de los afectados muestran síntomas antes de los 25 años. 

Este no es el primer estudio que vincula la salud con la polución y el ruido. Otras regiones del mundo han hecho distintos diseños de pruebas que vendrían a demostrar que lo de Inglaterra no es un hecho aislado. 

En definitiva, la contaminación cumple un rol determinante, no sólo porque puede provocar un crecimiento fetal restringido o un parto prematuro, sino porque pone en riesgo la psicopatología de los más jóvenes.