Este fin de semana la ONU puso fin a su principal conferencia sobre la tierra y la desertificación, la cual se estuvo celebrando durante dos semanas en Arabia Saudita. La finalidad de este evento era pactar de manera mancomunada estrategias para hacer frente a la degradación de los suelos y la sequía, que afectan al 25 % del planeta. 

Es así que representantes de casi 200 países se comprometieron a poner en sus agendas esta problemática y combatirla a través de políticas nacionales y en cooperación con otros Estados para lograr brindar seguridad alimentaria y mejores herramientas para la adaptación climática a la población global. Sin embargo, las partes no lograron ponerse de acuerdo sobre un nuevo régimen contra las tierras secas.

Una COP renovada

Cabe destacar que el evento contó con una participación notoriamente mayor a otras veces, con al menos 20.000 personas entre funcionarios, exponentes, oradores, periodistas y escuchas civiles. En ese sentido, en esta oportunidad se buscó involucrar a otros actores que no pertenecieran a áreas de gobierno. 

En total fueron 39 las decisiones pautadas dentro de una misma declaración con lineamientos claros sobre el camino a seguir. Entre los principales resultados se encuentran: el lanzamiento de una plataforma mundial basada en inteligencia artificial para ayudar a los países a evaluar y mejorar sus capacidades de resiliencia; la iniciativa Business4Land para el sector privado; y la creación de grupos designados a garantizar que las perspectivas indígenas sean respetadas y tomadas en cuenta. 

El futuro y la desertificación

Por otro lado, sentaron las bases para la próxima conferencia (COP17) que se celebrará en 2026 en Mongolia. Para ello impulsaron temas clave como la migración, el cambio climático, la importancia de la ciencia y la innovación, y la capacitación de las mujeres para enfrentarse a las nuevas realidades. 

Algunos de estos debates resultaron en el compromiso de crear un fondo de más de 12.000 millones de dólares para hacer frente a la desertificación, sobre todo en los Estados más vulnerables.