Un reciente estudio elaborado por expertos de la Universidad de Colorado, y publicado en la revista Conservation Biology, identificó 30 áreas críticas en el Océano Austral cuya supervivencia es esencial para los organismos que las habitan. Estas aguas rodean a la Antártida y son un ecosistema en sí.
No es la primera vez que se habla de su valor intrínseco; de hecho, ya se conocía que cumplía una función vital en la regulación del clima del planeta. Por otro lado, es capaz de absorber cerca del 40 % de las emisiones de dióxido de carbono de origen antrópico, siendo considerado como un “amortiguador del calentamiento global”.
Nuevos descubrimientos sobre la Antártida
Los nuevos estudios demuestran la fragilidad de este entorno marino frente a la posibilidad de extinciones masivas, algo que puso en alerta a los propios investigadores.
Las regiones seleccionadas por el grupo son -en su definición- Áreas Clave para la Biodiversidad. En ellas habitan algunas de las especies más emblemáticas de la Tierra, como los pingüinos Adelia y las ballenas jorobadas. Al respecto, advierten que se está volviendo cada vez más necesario limitar las actividades humanas para proteger a la fauna autóctona de un drástico declive poblacional.
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Peligros y amenazas
Desde el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad lanzaron un comunicado de prensa donde detallan que el Océano Austral alberga a muchísimos animales que a su vez habitan en otros lugares durante sus períodos migratorios, por lo que juegan roles específicos en otros ecosistemas.
Con estas palabras esperan subrayar la importancia global de esta región dado que, pese a estar alejada, la Antártida tiene un impacto y una función en la vida de otros sistemas fundamentales de nuestro planeta.