El año pasado los terremotos, las tormentas convectivas severas y las inundaciones urbanas a gran escala, fueron los eventos que más contribuyeron a los perjuicios económicos por catástrofes naturales.
Según la aseguradora suiza Swiss Re Institute, las pérdidas aseguradas podrían duplicarse en los próximos diez años a medida que aumenten las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes e intensos, por lo que es fundamental poner en marcha medidas de mitigación y adaptación.
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En su reciente informe, Swiss Re detalla que en los últimos 30 años estos números crecieron un 5,9 % anual, casi el doble que el PBI mundial (2,7 %).
La catástrofe natural más destructiva de 2023 fue el terremoto de febrero en Turquía y Siria, el cual causó pérdidas aseguradas estimadas en 6.200 millones de dólares.
Jérôme Jean Haegeli, economista jefe de Swiss Re, señaló que incluso sin una tormenta histórica de la magnitud del huracán Ian, que azotó Florida en 2022, las pérdidas mundiales por catástrofes naturales fueron graves, lo que reafirma la tendencia de pérdidas que ha sido impulsada por la acumulación de activos en regiones vulnerables a las catástrofes naturales.