Según comunicó el portavoz oficial del Palacio presidencial de Malacañang, el país se comprometió a asumir todos los costes para traer de vuelta toda su basura que entró en el territorio filipino.
A finales de abril pasado el presidente de Filipinas amenazó con «declarar una guerra» a Canadá por haber convertido su país «en un basurero». Sin embargo, más tarde su portavoz aclaró que hizo esa amenaza en «un sentido figurado» para expresar «una gran indignación» y señaló que el país no planea romper las relaciones diplomáticas con Canadá.
Fuente, Sputnik