Un nuevo estudio publicado por National Geographic asegura que el número de ratas podría hacerse mayor a causa de las altas temperaturas. En ese sentido, destacan que tratar esta problemática representaría un costo elevadísimo, y citaron el ejemplo de Estados Unidos -de donde es la investigación-, que gasta unos 27 millones de dólares anuales en combatirlas. 

Detallan que en el caso del país norteamericano la inversión no sólo estaría destinada a eliminarlas y a limitar su reproducción, sino a reparar los daños estructurales que generan, al igual que a compensar la pérdida de cultivos y los gastos en materia de salud. En ese sentido, afirman que estos animales pueden transmitir virus letales a otras especies, como los perros y los humanos.  

Las ratas conquistan el mundo

Los primeros indicios de esta tendencia ya se venían reflejando en ese país, pero ahora los científicos pueden explicar su auge en el mundo. Los autores del estudio aseguran que fue difícil encontrar una correlación entre los roedores y el cambio climático, en parte por la falta de financiación a los estudios de este tipo. 

Para llegar a estos resultados los expertos utilizaron datos de 16 de las urbes que más quejas presentaban, basándose en las llamadas realizadas a los servicios de control de plagas en el país en los últimos siete años. Gracias a ello pudieron cuantificar las poblaciones y confirmar el aumento.

Datos contradictorios

Al intercambiar información con otros estudios, pudieron determinar que dichos puntos geográficos vieron, en la última década, una marcada subida de las temperaturas. Haciendo un análisis más profundo, concluyeron que los inviernos menos cruentos resultaron en la supervivencia de un mayor número de estos animales, lo que permite que la comunidad aumente verano tras verano. 

Por otro lado, también encontraron coincidencias entre el incremento de ratas y el crecimiento urbano y de familias humanas y la escasez de espacios verdes. Esto último contrastaría con otras investigaciones que aseguran que los descampados y espacios públicos abiertos aumentarían su presencia. En cuanto a las ciudades más afectadas, señalan a San Francisco y Nueva York.