La grasa del animal es muy empleada en la cocina debido a su jugosidad, facilidad de fusión y sabor general, sin embargo, también es responsable de una gran cantidad de gases de efecto invernadero, representando el siete por ciento de los generados a nivel mundial.

Un nuevo método

En este contexto, un nuevo estudio financiado por Bill Gates, propone generar las mismas moléculas que se encuentran en los productos animales, pero sin los efectos negativos.

Como las grasas son, básicamente, cadenas de carbono e hidrógeno, la empresa Savor cree que puede replicarlas sin la participación de animales ni plantas.

De este modo, desarrollaron un método en el cual adquieren dióxido de carbono del aire e hidrógeno del agua, y tras calentarlos y oxidarlos provocan la separación de los ácidos grasos y, posteriormente, obtienen la formulación de la grasa.

El resultado obtenido

Este proceso da como resultado moléculas de grasa que lucen y saben como las obtenidas de la leche, el queso, la carne y los aceites vegetales. 

Lo más importante de este proyecto es que no emite gases contaminantes ni depende de las tierras de cultivo. Sobre este último punto, detallan que así lograron minimizar el consumo de agua, en comparación con la empleada en la agricultura tradicional. Ahora el desafío es lograr que el precio sea asequible para la población en general.