Las serpientes son de los animales venenosos más grandes del planeta. Se calcula que unas 400 de las 3.500 especies descubiertas son peligrosas para los seres humanos, tanto así que unas dos millones de personas en el mundo (excepto la Antártida), ven afectada su salud por estos reptiles. Además, al menos 100 mil fallecen, sobre todo en África y América Latina.
Los científicos temen que estos números vayan en aumento debido a la inexistencia de nuevos remedios eficaces. Lamentan que aún no existan sueros universales y explican que esto se debe a la complejidad excepcional del veneno. Se trata de una mezcla de proteínas y péptidos de distintos tipos, con una gran variedad de estructuras, funciones y objetivos biológicos.
Por ejemplo, algunos están diseñados para atacar localmente, provocando hemorragias o trombosis, mientras que otros destruyen el sistema nervioso. Incluso hay algunos destinados a ayudar al depredador a digerir a la víctima.
- Quizás te pueda interesar: “Logran más antídotos contra las serpientes venenosas”.
Serpientes: el desafío de la ciencia
En definitiva, según la especie de las serpientes, estas tienen su propia secreción y es muy difícil neutralizar todas las toxinas que se pueden encontrar. Sin embargo, una nueva investigación revela que basta con concentrarse en actuar sobre las sustancias más destructivas.
Es decir, atacar a las alfa-neurotoxinas de tres dedos, comunes en las mambas y las cobras. Estas atacan a las células y provocan una parálisis neuromuscular flácida y muerte por asfixia.
Esta estrategia, de seleccionar el anticuerpo neutralizante, ya se está utilizando para desarrollar agentes antivirales, incluso contra el VIH.

Avances
Al respecto, científicos de Estados Unidos, la India y el Reino Unido, están intentando aplicar esta lógica para el veneno de las serpientes. Para hacerlo, analizaron los datos de las alfa-neurotoxinas almacenados en la base de datos de serpientes útiles para la medicina. Gracias a ello pudieron seleccionar los mejores anticuerpos humanos, sintetizarlos y crear la variante “95Mat5”.
Creen que para dar con el anticuerpo ideal y universal, necesitarán crear un antídoto con cuatro o cinco de estas variantes eficaces contra las toxinas más peligrosas. Pero, al menos, ya tienen un avance.