Las ciudades del país han reportado mayores casos de lesiones vinculados a arañas, alacranes, escorpiones y víboras, lo que aumentó las alarmas en el campo de la toxicología. Desde el Instituto Nacional de Producción de Biológicos estiman que estos números estarían relacionados a las alteraciones en el ambiente, como un aumento en las urbanizaciones; aunque también creen que podría tratarse de una mejora en el sistema de notificaciones por picaduras.
El combate contra las picaduras
La institución mencionada es la encargada de producir antídotos contra el veneno de varias especies que afectan a la población de toda la región, que a raíz de su potencial letal, son consideradas una problemática de “importancia médica”. Si bien su mayor presencia se da en el norte, también ha habido casos en otras partes de Argentina, lo que aumenta la preocupación sanitaria.
Se trata de criaturas que habitan en espacios oscuros, secos y cálidos; y que además sobreviven largos periodos de tiempo sin alimento. Los arácnidos en particular suelen pasar desapercibidos y terminan atacando a quienes caminan descalzos o quienes manipulan escombros o mampostería sin protección.
Los casos más complejos, sobre todo los de alacranes, se caracterizan por dolor intenso en la zona, vómitos, diarrea, taquicardia, palidez, alteraciones sensoriales y trastornos respiratorios. En los niños este cuadro se puede agravar e incluir convulsiones.
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Las posibles soluciones
Al respecto, la cartera de salud insiste en la importancia de revisar la ropa y el calzado antes de usarlos, del mismo modo sellar grietas y agujeros donde estas alimañas puedan encontrar un espacio donde habitar. Asimismo, colocar rejillas antiplagas para reducir las posibilidades de ingreso. En cuanto a las zonas rurales, recomendó mantener el entorno limpio e hizo hincapié en que las aves de corral actúan como depredadores naturales.
En relación a las serpientes, detallan que Argentina posee 136 especies, de las cuales 19 pueden picar y poner en riesgo la vida, dentro de ellas se encuentran la yarará y la coral. Ambas tuvieron una suba marcada en el período 2020-2024. Si bien no son las más agresivas, su veneno es muy potente. Explican que, aunque habitan en la naturaleza, pueden acercarse a las casas en busca de roedores -su principal alimento-. Dentro de las recomendaciones, indican no manipular ejemplares “muertos” y, en caso de mordedura, acudir de inmediato al hospital.