En el viejo continente solo existen cuatro especies de mosquitos que son consideradas como una amenaza para la salud pública por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (conocido como ECDC por su sigla en inglés). Las especies que preocupan a los expertos son: Aedes aegypti, Aedes albopictus, Culex pipiens y Anopheles.
El cambio climático beneficia a las especies
Andrea Ammon, directora del Centro, advierte que la región “ya está viendo cómo el cambio climático está creando condiciones más favorables para que los mosquitos invasores se propaguen a zonas antes no afectadas e infecten a más personas con enfermedades como el dengue”.
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Asimismo, aseguró que “el aumento de los viajes internacionales desde países donde el dengue es endémico también incrementará el riesgo de casos importados, e inevitablemente también el riesgo de brotes locales”.
El avance sobre Europa
En estos momentos, la población del Aedes aegypti se encuentra establecida en Chipre, además de estar presente en varias regiones ultraperiféricas de la Unión Europea, como Madeira, Portugal, y las islas francesas del Caribe.
La especie mencionada, es capaz de transmitir enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue, la Chikungunya y el Zika. Es por ello que desde el organismo señalan que “su potencial para establecerse en otras partes de Europa es preocupante debido a su gran capacidad para transmitir patógenos y su preferencia por picar a los humanos”.
Por su parte, la Aedes albopictus está establecido en 13 países (Alemania, Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Malta, Portugal y Rumanía), y se está introducido en otros seis (Bélgica, Chipre, Chequia, Eslovaquia, Países Bajos y Suecia). Éste puede transmitir también los virus de la fiebre chikungunya y el Zika.