Según informó recientemente el Proyecto Global de Carbono, este 2024 se alcanzó un máximo histórico de emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles, con una previsión de 37.400 millones de toneladas para diciembre. Este número representaría un aumento del 8 % en comparación con el año anterior.
De seguir con las tendencias actuales, se estima que para 2050 la situación será catastrófica a no ser que se eliminen al menos 7 mil millones de toneladas de dióxido de carbono anuales de aquí a la fecha. Esta ambiciosa reducción fue puesta como meta en el Acuerdo de París de 2015; sin embargo -y pese al compromiso-, las acciones ambientales sólo compensan el 25 % de lo estipulado.
Las acciones climáticas no son suficientes
Sostienen que esto se debe principalmente a planes de disminución poco ambiciosos, e inexistentes en algunos casos. Para dar noción de los valores que se deben compensar, en el texto explican que sólo 2.000 millones de toneladas de CO2 representan el consumo de aproximadamente: 260 millones de hogares, 470 millones de autos y 99 millones de camiones de basura juntos, tomando en cuenta la captura de 33 mil millones de árboles durante 10 años.
Ante este panorama, los investigadores recordaron que estos contaminantes son responsables del efecto invernadero en la Tierra, lo que trae aparejado intensos cambios climáticos y olas de calor, por lo que se vuelve cada vez más necesario poner un freno a la producción global.
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La necesidad de lograr los objetivos
En ese sentido, los autores del estudio insisten en que estamos experimentando una cuenta regresiva para limitar el aumento de la temperatura planetaria a 1,5 °C y que “el tiempo no está de nuestro lado”.
Para dar cuenta de ello, recordaron que este año se postula como el más caluroso jamás registrado y, sin embargo, todavía no hay indicios de que la quema de combustibles haya alcanzado su punto máximo.