Busca regular en parámetros sostenibles la actividad pesquera de las Islas Georgias del Sur, donde la ocupación ilegal del Reino Unido otorgó permisos para pesca de merluza negra sin el necesario acuerdo de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), mientras que en simultáneo trabaja para armonizar la pesca de krill al norte de la Península Antártica con el proyecto de Área Marina Protegida que impulsa junto a Chile para esa región.
El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería Argentina, Guillermo Carmona, afirmó que estamos ante una violación de este mecanismo multilateral por parte del Reino Unido. De hecho, en la reunión celebrada por el organismo en Australia durante noviembre, el único país miembro de la comisión antártica que apoyó a Reino Unido fue Noruega, al que luego se le sumó Ucrania.
El director de Política Exterior Antártica, Fausto López Crozet, que participó de la reunión, indicó que «Todos los países que forman parte del sistema de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos reconocen su funcionamiento, dentro del cual hay islas que pertenecen a Francia, otras que pertenecen a Australia, otras de Noruega y en todas en las que hay una soberanía reconocida por todos los integrantes cada país puede aplicar normas nacionales, mientras que el único caso en el que no se pueden aplicar medidas nacionales es en las Islas Georgias del Sur porque ahí no hay una soberanía de estado reconocida por todos debido a que el Reino Unido no reconoce nuestra soberanía y Argentina junto a otros países no reconoce la del Reino Unido».
Lo que ofrece la Argentina es organizar una campaña científica para analizar el stock de merluza negra en la zona y sobre la base de ese conocimiento científico avanzar en el ámbito del organismo con las medidas de conservación que sean necesarias.