Casi 2,5 millones de personas viven a orillas del Riachuelo sin tener cloacas, tirando los afluentes en forma directa al curso de agua. Las curtiembres, las galvanizadoras y diferentes industrias hacen lo mismo con los líquidos con metales pesados que degradan el ambiente. Un equipo de científicos argentinos identificó en el agua del Riachuelo una bacteria capaz de transformar el cromo en una sustancia de menor impacto ambiental.

Esta bacteria convierte la forma más tóxica del cromo en una con menos poder de toxicidad. El microorganismo fue hallado en la desembocadura del Riachuelo, en La Boca.

Ana Julieta González, becaria posdoctoral del Conicet de la facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, explicó que «por sus características moleculares el cromo se disuelve más fácilmente en el agua, lo que da lugar a una mayor contaminación del medio en el que se encuentra y al desarrollo de enfermedades graves como el cáncer, daños en el hígado, problemas reproductivos y en el crecimiento».

La bacteria hallada, luego de estar en contacto con el cromo, logra que se separe del agua, dejándolo aislado. Este proceso de descontaminación química se reproduce en industrias, pero en el Riachuelo se hace en forma natural.

Ana Julieta González concluyó diciendo que «es una propuesta para tratar efluentes y evitar volcar contaminantes al río. Muchas industrias tratan el cromo con procesos químicos y quieren ofrecerles un proceso que sea más ecológico y hasta más económico. Las industrias son las que deciden cuál utilizar. Esta elección seguramente dependerá de los costos, de la eficiencia, de la posibilidad de adaptar un tratamiento preexistente a esta nueva tecnología y, por supuesto, de su compromiso ambiental».

Fuente: hemisferios.info/Noticias Ambientales