Los científicos están asombrados por el crecimiento continuo de la isla volcánica Nishinoshima, situada en el océano Pacífico. Desde el año 2013 cuando empezó a erupcionar, expulsando lava y ceniza, ha estado extendiendo su superficie. 

Esta situación puso a autoridades nacionales e internacionales a monitorear su actividad de cerca debido a sus posibles impactos a nivel geológico y ambiental. 

¿Qué descubrieron?

Las imágenes satelitales que rastrean su crecimiento revelan columnas de humo y lava que se elevan por encima de los 8.300 metros sobre el nivel del mar, lo que representa todo un récord. Respecto al terreno, este aumentó unos 150 metros tan sólo entre junio y julio de 2019.

Lo curioso de este caso es que la isla estuvo inactiva durante unos 10.000 años, y fue en 1974 cuando empezó a mostrar las primeras explosiones. Sin embargo, fue en la última década cuando éstas comenzaron a transformar radicalmente el paisaje. Según explican expertos de National Geographic, esto ocurrió gracias a una nueva formación volcánica cercana, conocida como “Snoopy” debido a su morfología. 

Más que actividad una volcánica

Otros científicos destacan que el océano también está jugando un papel importante en la formación de todo el archipiélago. Explican que su oleaje enfría la lava y va dándole forma al territorio.

Islas tan remotas como estas funcionan como laboratorios naturales para observar cómo las plantas y los animales empiezan a colonizar y a habitar estos terrenos, es por ello que las observaciones satelitales de la actividad son tan valiosas para los investigadores.