Científicos del Instituto de Ciencias Weizmann decidieron realizar una competencia entre humanos y hormigas para determinar qué especie ha evolucionado mejor en términos de cooperación. Explican que, tanto ellas como nosotros, somos las únicas criaturas que han desarrollado esta capacidad social. 

Para dar respuesta a esta pregunta se planteó un desafío que consistió en maniobrar una gran carga a través de un laberinto. Los resultados de este estudio ya fueron publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) y arrojaron nueva información relacionada a las decisiones en grupo y sus pros y contras frente a la soledad. 

Trabajando con hormigas

Como modelo para los insectos se creó una versión real del “rompecabezas de los que mueven el piano”, un problema computacional clásico en la robótica que se emplea para tratar las posibles formas de trasladar un objeto (en este caso un piano) del punto A al punto B en un entorno complejo. 

Es así que a los participantes se les dio un objeto en forma de T que debieron maniobrar a lo largo de un espacio rectangular dividido en tres cámaras conectadas por ranuras pequeñas. En el caso de las hormigas, se les debió hacer creer erróneamente que estarían llevando un comestible a su nido para que participaran. Los ejemplares elegidos para competir con las personas fueron las llamadas “locas”, por su tendencia a correr de un lado al otro. 

 Imágenes del experimento hecho con hormigas y humanos.
Imágenes del experimento hecho con hormigas y humanos.

Se trata de una hormiga negra de unos 3 mm de largo, común en todo el planeta. Para este estudio se enfrentaron al desafío de diferentes formas: primero, una sóla; después, un grupo de siete y; por último, un grupo de unas 80. En el caso de los humanos, este último grupo grande contaba con 26 integrantes; y, para agregarles otro nivel de dificultad, se les prohibió hablar o comunicarse entre sí con gestos. Por otro lado, a través de sensores se calculó cuánta fuerza aplicaba cada uno. 

Conclusiones

Los resultados demostraron que, ante la participación de más individuos, los insectos se desempeñan mejor que nosotros. Al respecto, ellos lograron actuar de manera calculada y estratégica, exhibiendo una memoria colectiva que redujo los errores y persistir en una dirección particular. 

Los especialistas creen que esta diferencia en el resultado demuestra que las colonias de hormigas actúan como familia, tienen una sociedad muy unida y con intereses comunes, por lo que la cooperación supera cualquier competencia. Esta hermandad las hace mucho más inteligentes, capaces y aptas para sobrevivir.