Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Cambridge logró detallar el vínculo entre el deshielo y el aguanieve durante el verano. El equipo hizo el nuevo descubrimiento mientras intentaba determinar qué factores influyen en el derretimiento de la Antártida.

Explican que este tipo de agua no se suele tener en cuenta en los modelos climáticos que se emplean para comprender la región. En ese sentido, crearon un nuevo modelo de aprendizaje automático para determinar su cantidad e influencia en las plataformas de hielo. 

¿De qué se trata?

Cabe destacar que tanto el aguanieve al que nos referimos, como los lagos que se forman, son el resultado del aumento de las temperaturas que degradan los cuerpos gélidos. Ambos fenómenos permanecen en la superficie, siendo el primero el que se encuentra en mayor proporción. 

Lo importante es que ambos tipos de agua provocan más deshielo; de hecho, los números son 2,8 veces mayores a los que se tenían previstos según estudios anteriores. Esto se debe a que, a diferencia de la nieve -que refleja la luz solar-, estos cuerpos son capaces de absorber el calor. 

¿Cómo impacta en la Antártida?

Si bien la influencia de los lagos ya había sido estudiada, nunca antes se había tomado en cuenta al aguanieve que, casualmente, tiene mayor presencia aún. Nos referimos a más de la mitad del agua de deshielo de la Antártida.