Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Heidelberg, en Alemania, revela que, en respuesta al calor prolongado, el cerebro activa células nerviosas en el hipotálamo. ¿Su finalidad? Lograr que el organismo conserve una temperatura adecuada incluso bajo condiciones extremas.
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Así es, este cambio en la actividad neuronal permite prolongar la tolerancia a condiciones térmicas desafiantes. Sin embargo, advierte que este sistema de autorregulación no evita las graves repercusiones a la salud vinculadas a este fenómeno climático.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud asegura que las temperaturas elevadas están vinculadas a enfermedades cardiovasculares, mentales y respiratorias; no sólo en humanos, sino en varias especies.
Las distintas funciones que realiza el cerebro
De todos modos, estas células del cerebro sí son críticas para evitar un colapso integral del organismo. Las mismas emiten señales que le permiten al cuerpo regular su temperatura interna, para compensar lo que sucede externamente.
Para dar con estos resultados se realizó una investigación en ratones, los cuales fueron expuestos a 36 °C durante un período de 30 días. Así descubrieron que la actividad de las neuronas iba en aumento con el correr del tiempo, lo que también se tradujo en estrés para el animal.
La resistencia ante el calor
Estos hallazgos aclaran no sólo cómo funciona el cerebro ante la presencia de calor, sino que también abren la puerta a la investigación de nuevas estrategias para proteger a las poblaciones vulnerables, sobre todo aquellas que viven en situación de indigencia y sin un resguardo del clima.