Durante el verano boreal, el Ministerio de Ambiente e Igualdad de Género de Dinamarca, la Oficina Europea de Ambiente y la compañía ecológica ChemSec invitaron a los ministros europeos a realizarse un análisis de sangre. Sin embargo, no se trataba de uno convencional, sino que buscaba sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS), conocidas como “químicos eternos”.

El avance de la contaminación sangunea

Los resultados presentados este martes muestran que 19 de 24 líderes del bloque están contaminados. En ese sentido, el comunicado de ChemSec sostiene que esto confirma que “nadie es inmune” y que “en el caso de la mitad de los líderes de la Unión Europea, la contaminación superó los niveles más allá de los cuales no se pueden descartar efectos sobre la salud».

De todas las sustancias detectadas, seis ya están reguladas en el continente. Esto demuestra “su impacto duradero y la continua amenaza que suponen para la salud humana y el ambiente”, indica la organización.

Los químicos eternos son un grupo de 10.000 sustancias químicas sintéticas utilizadas en diversas industrias gracias a su resistencia. Son antiadherentes, antimanchas, hidrófugas e ignífugas, pero pueden permanecer largo tiempo en el ambiente debido a su lenta y dificultosa descomposición. 

Análisis de sangre muestran que la contaminación sanguínea no tiene límites.
Análisis de sangre muestran que la contaminación sanguínea no tiene límites.

El accesos de los contaminantes al organismo

Los expertos sostienen que pueden llegar a los humanos a través del agua potable, de los alimentos y del uso de productos cotidianos, ya que se encuentran en cosméticos, ropa de abrigo, envases, dispositivos electrónicos y sartenes, y pueden acceder al cuerpo humano por contacto con la piel.

La exposición a estos compuestos se relaciona en la bibliografía científica con problemas de salud, como cáncer, colesterol alto y problemas de fertilidad.

El secretario general de la Oficina Europea de Ambiente, Patrick ten Brink, declaró que “los responsables políticos deben (…) exigir responsabilidades a los contaminadores y detener este ciclo de daños” porque “la gente necesita recuperar la confianza en el agua que bebe y en los alimentos que consume”

Por ese motivo, los entes antes mencionados y más de cien organizaciones europeas lanzaron el manifiesto Stop PFAS, en el que instan a los líderes del bloque a actuar a favor de la restricción universal de estos químicos.