Según publicó el gobierno de Brasil este miércoles, el vasto bioma sufrió en los últimos meses una prolongada sequía y múltiples incendios que convirtieron este 2024 en el más perjudicial para la Amazonía de los últimos 17 años. 

Los datos revelados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) aseguran que el año pasado se detectaron, mediante imágenes satelitales, un total de 140.328 focos. Esto representa un 42 % más que los notificados en 2023. Sin embargo, estos valores siguen estando por debajo de la mayor crisis forestal que tuvo la región; la misma ocurrió en 2007, con un total de 186.463 igniciones. 

Situación en la Amazonía

En paralelo, los informes sugieren que la tala se redujo; tanto así, que podría ser la más baja en años con una disminución de más del 30 %. Al respecto, destacan el liderazgo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva quien se comprometió durante su campaña electoral a preservar la mayor selva de América Latina. 

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Por su parte, el Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus de la Unión Europea sostuvo que los incendios estuvieron principalmente relacionados con el calor. En ese sentido, detallaron que las ciudades que se vieron más perjudicadas por estos fenómenos fueron Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo. Las tres urbes presentaron niveles de contaminación alarmantes durante semanas. 

Cabe destacar que la sequía, a su vez, fue influenciada por el fenómeno de El Niño que ayudó a crear condiciones más desérticas en la zona. Ante este panorama nada alentador, explican que es necesario que el sector agrícola deje de provocar fuegos -para despejar la tierra para cultivos- y que la deforestación en la Amazonía continúe bajando, dado que los árboles son sumideros de carbono necesarios para combatir el cambio climático.