El desarrollo tecnológico en Tasmania dio lugar a una evolución verde: un extenso cultivo de algas, cerca de la ciudad portuaria de Triabunna, estaría propiciando una transformación significativa en la ganadería al combatir las emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes.
Los detalles de las algas encontradas
Se trata de la planta submarina de asparagopsis, una especie roja llamó la atención de la comunidad científica debido a su alto contenido de bromoformo, un compuesto orgánico crucial para inhibir las emisiones.
A raíz de este hallazgo, la Universidad de Nueva Inglaterra, en Australia, aseveró que existen al menos 40 estudios que demostrarían que la adición de esta planta al alimento del ganado es capaz de favorecer al ambiente.
Los investigadores advierten que este método podría disminuir hasta en un 95% las emisiones de metano. Para comprobarlo, realizaron un experimento en corrales de engorde en el estado de Queensland, en un periodo de 200 días.
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La capacidad del bromoformo
Sin embargo, si bien el bromoformo puede ser una sustancia eficaz contra el metano, su utilización tiene algunas cuestiones de seguridad sin respuesta. Explican que es considerado cancerígeno en estudios con ratas, aunque investigaciones recientes señalaron que, en el caso del ganado, éste se degrada en su estómago sin generar residuos.
La empresa impulsora de este método es Sea Forest, compañía que produce suplementos alimenticios derivados de algas en formas accesibles para el ganado, como pellets, aceites y bloques para lamer.