Un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports denunció la presencia de nanoplásticos en una de las reservas naturales más prístinas del mundo. Se trata de los glaciares alpinos, los cuales se encuentran a más de 3.000 metros de altitud.
Los desechos en cuestión son partículas diminutas de polímeros, de menos de un micrómetro de tamaño, que logran “escalar” a través de la atmósfera y que provienen principalmente de fuentes terrestres, como la quema de neumáticos.
¿Por qué hay nanoplásticos?
Explican que éstos son el resultado de la degradación del material. Su diferencia con los microplásticos es que no son fáciles de filtrar, lo que les permite atravesar membranas celulares e ingresar al torrente sanguíneo tan sólo por ser inhalados.
En el informe detallan que su dispersión es sencilla debido a su bajo peso, lo que les permite viajar a grandes distancias a través del aire. Sin embargo, los mecanismos precisos de su transporte y acumulación en regiones remotas siguen sin estar completamente comprendidos, según detallaron.
Más de la investigación
- Quizás te pueda interesar: «Investigadores argentinos desarrollan un método para degradar nanoplásticos en agua«.
Para dar con estos hallazgos se debió acceder a puntos de alta montaña en Francia, Italia y Suiza, alejados de rutas turísticas, de donde recolectaron nieve y hielo. Posteriormente, las muestras fueron analizadas en laboratorio. Con ello descubrieron que cinco de los 14 sitios analizados tenían concentraciones de entre 2 y 80 nanogramos por mililitro de agua.
Un dato no menor es que más del 50 % de los nanoplásticos detectados en los glaciares provienen del océano Atlántico. Al respecto, indican que el mar contiene cantidades de macro y microplásticos que, al descomponerse, generan partículas aún más pequeñas.