El río Salmón, ubicado en la cordillera Brooks, está sufriendo una inusual transformación. Según documentan distintos expertos, está tomando una coloración naranja y un aspecto turbio que, creen, podrían guardar relación con el deshielo del permafrost.
Los ríos en Alaska
Sugieren que el derretimiento estaría liberando metales tóxicos y alterando la composición química del agua, lo que pondría en riesgo a la vida acuática y su cadena trófica. Consideran que las afectaciones serían propiciadas por el cambio climático.
- Quizás te puede interesar: «Crecen las denuncias por matanza animal en Marruecos de cara al mundial 2030».
Ante este panorama, grupos científicos han expresado sus temores en cuanto a lo irreversible de la situación; y aclaran que la problemática surge por el mayor caudal del agua, ya que muchas de las piedras que guían el cauce se están descomponiendo más rápidamente y perdiendo sulfuros en el proceso.

El origen de este cambio
En la misma línea, expresan que la aparición del ácido sulfúrico no estaría vinculada a contaminación preexistente de origen minero, como ocurre muchas otras veces. En este caso, el proceso se da por el descongelamiento que va alterando el paisaje a su paso.
Si bien en pequeñas dosis estas afectaciones no son necesariamente tóxicas, en el río Salmón ya se superaron los límites saludables establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). En un estudio sobre el caso, mencionan procesos similares en las cuencas hidrográficas del Ártico.