La revista científica Nature Geoscience difundió el descubrimiento de una gran reserva del peligroso gas de efecto invernadero en las aguas subterráneas de los glaciares.
Frente a este hecho, los expertos que dirigieron la investigación, pertenecientes a Cambridge (Reino Unido) y el Centro Universitario de Svalbard (Noruega), señalaron que las emisiones de metano procedentes del deshielo y el suelo helado del Ártico, aumentarán probablemente a medida que retrocedan los glaciares árticos y queden al descubierto más manantiales.
Gabrielle Kleber, autora principal de la investigación, expresó que estos manantiales son una fuente considerable y potencialmente creciente de emisiones de metano, y además los mismos, hasta ahora no aparecían en las estimaciones del balance mundial.
Según los cálculos realizados por los expertos, las emisiones podrían superar las 2.000 toneladas en el transcurso de un año, lo que representa el 10% de las emisiones de metano resultantes de la industria energética anual de petróleo y gas de Noruega.