Científicos de la NASA, del Centro Geográfico de Defensa del Reino Unido y de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de Estados Unidos confirmaron la creciente actividad en una anomalía del campo magnético de la Tierra. 

Explican que se trata de una falla que fue detectada por primera vez hace ya décadas, pero que en este último tiempo se vio intensificada. Los expertos la llaman “abolladura” y se sitúa sobre un área comprendida entre Sudamérica y el Atlántico sur. 

¿Qué es la anomalía?

Su peculiaridad se caracteriza por una disminución significativa en el magnetismo en comparación con otros puntos del planeta, pero ¿qué significa esto?

El campo magnético es una suerte de escudo natural que protege la superficie de la tierra de las partículas que emite el sol, como la radiación cósmica y los vientos solares. Ambos factores tienen incidencia en la salud humana y en las tecnologías. 

Si este “manto” es débil, no puede repeler de manera correcta estas partículas por lo que se transforma en una potencial amenaza. Tanto es así que, si no existiera, la radiación acabaría con toda la biósfera en cuestión de años.

Las advertencias

En principio, los investigadores creen que el fallo en cuestión podría estar relacionado con la presencia de rocas basálticas de edad antigua en el manto terrestre, lo que afectaría la generación del campo en esa área; aunque tampoco se descarta la presencia de corrientes eléctricas en el núcleo líquido de la tierra que interactúan con la corteza terrestre. 

Según revelan los informes más recientes, nuestra región experimentó un debilitamiento de la capa magnética de un 7 % en los últimos cuatro años, y esto podría avanzar a futuro afectando principalmente a países como Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina.

Los proyecciones sobre la anomalía advierten que se convertirá en un “hoyo”. Si bien puede sonar dramático, esto no sería suficiente para dañar la vida en la tierra, pero sí para afectar a los satélites y las telecomunicaciones.